EL TAN ANHELADO, Y TAN TEMIDO, APOCALIPSIS YA ESTÁ AQUÍ. No para destruirnos, sino para desintegrar la odiosa estructura del pasado humano: la matrix que nos asfixia por dentro, y el mundo abusivo, violento, mentiroso ya desplomándose por todos lados. Ciertamente, llegó la hora decisiva. El alma ya está preparada, acelerando sus últimas purificaciones. Y el Cosmos orquesta el inmenso cambio con intensísimas nuevas energías arribando a la Tierra y a la consciencia.
Aguantamos a pie firme. Día por medio creemos que ya no damos más, que no podremos con tanto desafío que nos asalta sin parar. Pero aquí estamos, sanos y salvos, siempre protegidos desde el misterio, aprendiendo cada día a soltar miedos, y confiar no más. A confiar en esa certeza que tiene el cuerpo, esa sensación vidente que nos susurra que «todo va a estar bien» cuando queremos escucharla. El cuerpo lo sabe, porque tiene conexión directa con la Vida. El nombre oficial de esa certeza en carne propia es, por supuesto, «esperanza»…
Para cada uno, la pregunta del corazón es ¿Cómo vas a servir?
¿Cómo te vas a alinear con la nueva luz?
Mi servicio, mi opción personal, está clarísima hace cincuenta y dos años. Sirvo meditando, enseñando, vibrando lo más alto que puedo, pero sobre todo acogiendo a quien quiere venir a mi consulta – o a mi pantalla -, entregándole con ganas mi amor y experiencia para serle útil en su sanar, para ayudarle a crecer y creer, a erguirse en toda su majestad de ser humano caminando hacia la plenitud.