
- Gonzalo Pérez: “Ofenderse fácilmente es un claro síntoma de narcisismo”. Por Catalina Mena | El Mercurio, Revista Sábado, sábado 29 de abril de 2023.
- Gonzalo Pérez: Psicología Astral|El Mercurio, Artes y Letras. Página E7, sábado 16 de noviembre de 2008
- Gonzalo Pérez y su ópera prima: El viaje de un sicólogo hacia la astrología. Por Pía Rajetvic | La Tercera, Revista Mujer, domingo 2 de noviembre de 2008.
- Gonzalo Pérez: Investigué sobre los signos y el significado interior de las personas. Por Cecilia Rovaretti |Una Nueva Mañana, Radio Cooperativa, Jueves 23 de octubre de 2008.
- Publican esperado título sobre Astrología Psicológica. Por Javier Ibacache V. | Diario La Segunda, Página 39, martes 21 de octubre de 2008.
- El tiempo de la igualdad: el grupo de iguales, célula básica de la Nueva Era. Entrevista de Andrea Munizaga a Gonzalo Pérez B. | Revista UNO MISMO, Marzo de 2008.
- 2007 Y MÁS ALLÁ. Proyecciones para el intenso viaje hasta el 2012 | Revista Mundo Nuevo, enero 2007
- La mirada de un astrólogo: En 2007 viene una revolución cultural creativa. Cecilia Valdés Urrutia entrevista a Gonzalo Pérez B. | El Mercurio – Artes & Letras, Página E16, 31 de diciembre de 2006
- 2007: Un año de esperanza y sorpresas | Revista Uno Mismo, diciembre 2006
- Consejos Zodiacales para los hombres del nuevo milenio | Revista Caras, octubre 2006
- Gonzalo Pérez Astro Científico. El Triunfo de la Osadía. María Cristina Jurado | Revista Caras, 6 de octubre de 2006 [Año 19 – N°483 – www.caras.cl]
- Carta Astral de Chile 2006: La Gran Alineación. Un panorama del 2006, año de la gran alineación
- Carta Astral de Michelle Bachelet
- Eduardo Yentzen y Michael Basch entrevistan a Gonzalo Pérez B. (2005)
- Esoterismo y otras búsquedas. Cecilia Valdés Urrutia | El Mercurio – Artes & Letras, 16 de febrero de 2003.
- Hacia una Nueva Conciencia y Nuevo Milenio. Por Iván Santandreu | Revista Mundo Nuevo, 1999
- Urano, Neptuno y Plutón en los inicios del siglo 21: Los ciclos planetarios que abren paso a una nueva era. Por María José Ferrada | Revista Nuevo Mundo
La Vida por delante | Columnas de reflexión sobre temas de actualidad
- Rumor del mundo, silencio del alma |El Mercurio, Revista El Sábado, viernes 2 de noviembre de 2001
- Ni buenos ni malos | El Mercurio, Revista El Sábado, viernes 12 de octubre de 2001
- El desconcertante espíritu de los tiempos | El Mercurio, Revista El sábado
- Quo Vadis, Humanitas? |El Mercurio, Revista El Sábado
Cuestiones del Alma | Columna de Consultas | El Mercurio, Revista Sábado
Estimado Gonzalo:
Difícil decir en escuetas líneas lo que ni mi ser puede asimilar. He visto de frente al amor y me encandilo a cada instante. ¿Cómo puede ser que siendo tan hermoso duela tanto? Estoy queriendo más de lo que se puede querer, sintiendo como nunca la belleza de amar; somos grandiosos amigos, pero sé que su corazón no me mira como el mío porque está con otro y comprendo que hablarle sería arriesgar al límite la relación, abriendo una distancia que creo no deseo. Mal que mal es el pilar que me sostiene.
Camilo.
Estimado Camilo:
El libro de sabiduría que hoy llamamos Tarot se inicia con una imagen que refleja con elocuencia simbólica tu momento en la aventura de la vida. Aparece allí un joven caminante orientado hacia el sol, el pecho expandido de aspiraciones, su inocencia resplandeciente como un aura protectora. Ignora, por cierto, que sus pasos lo dirigen inexorablemente a caer en el abismo de la experiencia.
Tu alma, Camilo, te está guiando a la profundidad, despertando esa capacidad de agonía y de éxtasis sin la cual el amor y la entrega se quedan en las superficies. Duele la belleza cuando la sensibilidad se abre sin defensas, desnudada de los escepticismos y estrategias que la anestesian en el fragor habitual del mundo. Es un momento espiritual tan vulnerable, que requiere de toda tu prudencia y humildad para no herirte demasiado en esa caída que no podrás evitar, la caída a tierra.
La enseñanza no sería completa si sólo nos revelara los esplendores subjetivos del alma; necesitamos contrastarlos con las exigentes realidades de la experiencia, las verdades duras pero nutritivas de la tierra. Tú ya las intuyes. En tu carta está el enamorado exultante de embriaguez poética, pero también un ser reflexivo dándose cuenta que el milagro interior no obliga a lo externo a manifestarse según su deseo. Siguiendo una certera inteligencia del corazón, has aceptado vivir dos dimensiones simultáneas, sin confundirlas: la de la luz del día, en que fluye con ella amistad y comunicación, y la otra, la dimensión en que tu secreta intensidad ilumina hasta deslumbrarte.
Mantente en este platónico equilibrio. Precipitar con ansiedad los hechos sólo va a interrumpir tu viaje interno antes de haber llegado adonde vas; en cambio, permitir y valorar las transformaciones naturales del sentimiento te llevará a un nuevo estado de ser, dotado del generoso poder de amar. Dante sabía muy bien que el corazón de Beatriz no vibraba con el suyo, pero no por eso desechó la llama divina que lo inspiró a conocer el Paraíso. Como él, estás recorriendo los paisajes del alma. Cuando estés listo, también estará lista para ti la mujer que te mostrará el cielo en la tierra.
Estimado Gonzalo:
No sé lo que me pasa. Tengo 28 años, me está yendo muy bien en mi profesión, pero estoy desganado, irritable, y encerrado en mí mismo. Lo raro es que recién, en las vacaciones, me sentí fantástico y encontraba que mi vida era cada día mejor. Hoy me parece que lo hubiera soñado. Trabajo mucho, es cierto; no estoy pololeando, llego tarde a mi departamento a puro mirar televisión, como idiota. Me da lata salir, y lo peor es que me está costando dormir, aunque esté agotado. No quiero tomar pastillas. ¿Es depresión lo que tengo? Pero no veo motivo. A ver si me ayudas a salir de ésta. Me llamo igual que tú.
Gonzalo
Estimado Tocayo:
Stress, con todas sus letras, es el nombre que se usa hoy en todo el planeta para designar con un solo disparo al malestar ciudadano aburrido y desesperante que te está atrapando. Cuando se agrava, produce ese cortocircuito con quema de tapones que obliga a la licencia médica, los fármacos y el reposo absoluto.
Descanse, señor, usted se está matando, te dirán. Pero el stress también destruye la capacidad de descansar. El organismo está activado al límite, abusando de los recursos de emergencia, aquéllos reservados para las situaciones de máxima amenaza. Esa alerta excepcional, esa velocidad de decisión que despliegas, no la estás movilizando una vez porque un tigre feroz te persiga, sino todos los días, a cada rato, por la exagerada presión de tu trabajo y tu ciudad. Para poder destacarte, triunfar, llegar adonde te propusiste llegar, nuestro mundo te cobra el más caro de los precios.
Qué bueno que estés poniendo atención a las inequívocas señales de deterioro en tu calidad de vida y tu sentir. El stress es un mal colectivo, pero la salida es individual: requiere darse cuenta, asumir y actuar. Con este cambio de perspectiva, seguro que irás cambiando gradualmente tu actitud laboral. Limita tu tiempo: ocho horas de trabajo intelectual es el máximo, no el mínimo. Porque los remedios que necesitas se encuentran sobre todo en el tiempo libre.
Aprender a relajarte, por supuesto. Suspender en tu cabeza todo pensamiento de oficina, y enfocar la percepción al mundo nutritivo de las sensaciones del cuerpo y las vivencias del alma. El ejercicio físico intenso despierta las energías del entusiasmo y la pasión; tres veces a la semana te devuelven las ganas de vivir. Naturaleza y silencio lo más a menudo posible; sensualidad y música al volver a tu departamento. Usa la ducha y la tina caliente para aflojar los músculos y dejar que el alma te atraiga a sus oasis. Bailar, reír, compartir son formas naturales de desconectar la mente de su artificial congestión. Tú eres tu propio tigre; ¿por qué entonces, en vez de perseguirte con un fantasma, no encarnas en tu propio ser la fuerza y la belleza salvaje del magnífico animal que tienes adentro?
Estimado Gonzalo:
Estoy viviendo un amor muy grande pero muy doloroso. Somos compañeros de universidad y todo está bien hasta que llegamos al sexo. Ella fue violada a los 11 años por un empleado de sus padres, y muchas veces, cuando estamos disfrutando, le viene un ataque de llanto y desesperación que me angustia y me vuelve loco de rabia con ese monstruo y con todos los hombres que violan. Está en tratamiento con una psicóloga, pero parece que es lento y largo. ¿Cómo puedo ayudarla?
Max
Estimado Max:
Lento y largo es, en efecto, curarse de una ruptura tan violenta de la confianza en la vida, de una destrucción tan brutal de toda sensación de estar protegida. Tu amada está dañada en lo más íntimo, en el misterio mismo de la sexualidad. Un misterio que todos necesitamos explorar con cuidado, con delicadeza, y, sobre todo, voluntariamente, por propio deseo y decisión. Ella ha podido recuperarse para hacer su vida, ha logrado volver a caminar tranquila por las calles del mundo, pero no está libre todavía de gozar sin sombras. En eso, claro que puedes ayudarla, Max, y mucho.
La clave de su cura es poder adentrarse en el placer en un estado de relajación y confianza que vaya evaporando las emociones negativas que tiene asociadas al sexo. Para ello, eres tú quien tiene que calmarse primero y hacerte capaz de asistir a su dolor sin alterarte, permaneciendo cariñoso, compasivo, firme en tu certeza de que todo irá bien. Es el espacio de total amor que le puedes brindar lo que permite el cambio.
Comprendamos el trauma mismo. La violación es aún más dañina que un asalto común por la tremenda intensidad de excitación y culpabilidad que el agresor está experimentando, una violencia emocional contradictoria que tiene un impacto psíquico paralizante en un alma inocente. Como has notado, hay zonas de la sensibilidad de ella que siguen detenidas en ese momento atroz, como si el tiempo no hubiera transcurrido. Te explicas, entonces, que sea justamente la intensidad de tu deseo masculino lo que activa la reacción de angustia.
No te desesperes, noble Max. Transforma el frenesí de tu deseo en un juego regalón y sensual en que ella siempre se sienta en control. Acepta por ahora una pasividad que no la amenace; despiértala una y otra vez de la pesadilla con la suavidad de tu amor. Deja que conozca tu cuerpo sin apuro, que recorra las estaciones de tu ardor sin salirse del encantamiento. Envuélvela en un erotismo relajado que la lleve a esa entrega en que el presente es lo único que existe. Serás recompensado mucho más allá de lo que nunca soñaste.
Estimado Gonzalo:
Tenía una pareja, a la que le di casi toda mi energía… lo acompañé durante 8 años como amiga… luego fui su pareja oculta soportando incluso a otras mujeres en su vida… lo amé, de verdad… lo ayudé a salir de la droga… uff y cuántas cosas más. Ahora él es un hombre “serio e importante en lo que hace” y cuando yo estuve mal y perdida me dejó. Dice que me ama, pero que no puede estar conmigo… no sabes cuánto le he rogado. Teníamos un sueño, una casa de madera con dos perros grandes y peludos… ¿Cómo me quito esta pena?
Soledad
Estimada Soledad:
Se dice que las mujeres aman demasiado, y siempre me pregunto cómo puede ser demasiado el amor. Tu carta y tu sufrimiento lo dejan en evidencia; es demasiado el sentir cuando nos lleva al olvido de nuestro ser, cuando nos insensibiliza a las propias necesidades y voces interiores, cuando nos hace creer que darlo todo es el remedio para la obsesión de ser amados. Después de haber luchado con ardor invencible, completado los sacrificios y ofrecido el dolor a la causa sublime, llega siempre el momento en que la realidad nos alcanza con amarga imparcialidad y nos obliga a abrir los ojos a lo que no hemos querido ver: estamos solos. El otro, el idolatrado, ése que tiene en su mano el poder de hacernos felices o despeñarnos en un abismo sin fondo, se encoge de hombros y nos desecha amablemente declarándonos que su vida lo llama hacia otra parte.
El vacío que viene con el desplomarse de una ilusión tan inmensa es intolerable; vivir se ha convertido en un deber pesado y sin sentido. Es una pena larga, Soledad, la tuya, porque entregaste tanto de ti a la enajenación romántica. Volver a sentir que tú importas, volver a creer te tomará algunas lunas doloridas. Enójate, para que descubras que su desdén refleja una incapacidad de amar y no una fatal confirmación de que nunca habrá amor para ti. Rebélate, para que caigas en cuenta que fuiste esclava de una absorbente misión soñada por tu anhelo. La pregunta para hacerte frente al espejo: ¿Por qué necesitaste negarte a ti misma en la adoración de otro ser?
Amar no contiene esa desesperación, ese fanatismo. No requiere transformar al otro en un dios. Imaginar que tu devoción, tu sacrificio iban a lograr recompensa final te llevó a obstinarte en hacer un mérito que te desangró.
Tráete consuelo cada día, y vive la pena con belleza y sabiduría. Recuerda que no eres víctima de nada ni de nadie, y que sufres a consecuencia de un porfiado malentendido. Con mucha neutralidad, contempla tu delirio y su consecuencia para que vayas perdonándote tanta locura al tiempo que te amas por haber amado tanto.